1160 - Jeremías 24. Los higos buenos y malos. Jer 24:7

Descansando en Dios - Un pódcast de Francisco Atencio

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1160 – Jer 24:7 - Jeremías 24. Los higos buenos y malos.Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón.Jeremías luego de las primeras nueve profecías generales (Jer 2-20) continúa con 4 profecías especificas: Contra los reyes de Judá, la reprensión a los falsos profetas, la visión de las dos canastas de higos y los setenta años de cautiverio en Babilonia. En la tercera profecía específica, la visión de las dos canastas de higos (Jer 24), el profeta Jeremías explica que los higos buenos se referían a la población que ya estaba cautiva en Babilonia, la cual sería restaurada en el futuro, y que los que se quedaron en la tierra (en Judá) iban a ser exterminados, al igual que los higos malos. Juan el bautista advirtió: “Haced frutos dignos de arrepentimiento” porque “ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.” (Lc 3:8-9).1. La visión de las dos canastas de higos. (Jer 24:1-3). “Después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos llevado a Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová. Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer.” Esta visión fue dada a Jeremías después de la segunda deportación de haber transportado Nabucodonosor al exilio a Jeconías (Joaquin, Conías) hijo de Joacim junto con los demás líderes de Jerusalén (2Re 24:8-17). Año 597 a.C., Luego Nabucodonosor nombra rey a Matanías tio de Joaquin. A Matanías se le cambia el nombre por Sedequías, último rey de Judá. En la visión, Jeremías vio dos cestas de higos que habían sido puestas delante del templo de Jehová. La visión trae a la mente las ofrendas de las primicias que se presentaban en una canasta delante del Señor (Dt 26:11). En una de las cestas, los higos eran muy buenos, parecidos a las brevas, que maduran tempranamente (Is 28:4; Os 9:10; Mi 7:1). Esas primicias eran para “aprender a temer a Jehová tu Dios todos los días” (Dt 14:22-23). La otra cesta tenía higos muy malos, que se habían podrido y no se podían comer. Ese tipo de ofrenda era inaceptable delante del Señor. Dios nos confronta diciendo: “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.” (Mal 1:6-9).2. Explicación de los higos buenos. (Jer 24:4-7). “Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón.” (Jer 24:7). Jehová dijo que los higos buenos representaban a los transportados al exilio de Judá, a los cuales el Señor había echado de ese lugar para enviarlos a Babilonia. Joaquín (Conías Jer 22:24; Jeconía, Jer 24:1), 37 años después de su cautiverio fue liberado en Babilonia (Jer 52:31-34; 2Re 25:27-30).