1245 - Nahum 2-3. La severidad de Dios. Nah 2:13
Descansando en Dios - Un pódcast de Francisco Atencio
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1245 – Nah 2:13 – Nahum 2-3. La severidad de Dios.Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a humo tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y cortaré de la tierra tu robo, y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros. El pacto más antiguo que Jehová hizo con su pueblo fue con el patriarca Abraham. El Señor le dio varias promesas entre las cuales tenemos esta: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré” (Gn 12:3). Las naciones que han reprimido, hoyado a Israel han llegado a un fin vergonzoso. Una de esas naciones fue el imperio asirio que por más de un siglo había tenido a Israel bajo su dominio. El Dios Altísimo, quien es “tardo para la ira”, había mostrado mucha paciencia hacia su enemigo. Sin embargo, ya que es fiel a su persona y a sus promesas, era de esperarse que enviara la retribución que merecían. El corazón del juicio de Dios se encuentra en Nah 2:11 a Nah 3:7. Dios justifica su juicio por las razones depravadas de Nínive. Nínive sería atacada (Nah 2:1, 3-6), derrotada (Nah 2:7-8) y saqueada (Nah 2:9-13), pero la gloria de Judá sería restaurada (Nah 2:2). En Nah 3:1-19 continúa con el tono emotivo y vigoroso que comenzó a aumentar en Nah 2:3-13 pero el énfasis cambia del hecho del juicio a las razones del mismo. Se manifiesta la depravada condición espiritual de la ciudad que fue altiva y próspera, pero su destrucción sería definitiva. “Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza.” (Nah 3:5).La severidad de Dios destruyendo a Nínive (Nah 2:3–3:19). Nahum presenta en cuatro partes la destrucción de Nínive. P1. La destrucción descrita (Nah 2:3–10). El profeta dice que el asolamiento de la ciudad sería en cuatro fases. F1. El asedio (Nah 2:3). “El escudo de sus valientes estará enrojecido, los varones de su ejército vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas; el día que se prepare, temblarán las hayas. Dios uso la unión del ejército de los medos y los babilonios para destruir a Nínive. El sitio a la ciudad fue durante tres largos años. Cada soldado llevaba un escudo de piel teñido de rojo o de bronce bruñido que producía un reflejo encarnado. Sus uniformes también eran de color rojo vivo. Los carros de guerra circulaban constantemente. El reflejo del sol sobre el metal pulido hacía que parecieran antorchas. Con frecuencia las tropas se presentaban frente a la muralla blandiendo sus lanzas (“temblarán las hayas”) en señal de desafío. F2. La defensa (Nah 2:4-5). “Los carros se precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las calles; su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos. Se acordará él de sus valientes; se atropellarán en su marcha; se apresurarán a su muro, y la defensa se preparará.” El rey asirio enviaría su ejército a defender la ciudad y Nahum describe con un alto nivel poético hebreo la confusión del ejército asirio. F3. La conquista (Nah 2:6-8). “Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido. Y la reina será cautiva; mandarán que suba, y sus criadas la llevarán gimiendo como palomas, golpeándose sus pechos. Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: ¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira.” La derrota no vino por causa de los ataques del enemigo, sino porque el Señor mandó una inundación. El agua acumulada de varios días de lluvias intensas arrancó grandes secciones de la muralla y el palacio fue destruido; literalmente se disolvió o se diluyó. La palabra “reina” es un símbolo de la ciudad destruida por el agua. F4. El saqueo (Nah 2:9-10). “Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables.” Los ninivitas estaban acostumbrados a saquear, pero nunca habían sido despojados de sus bienes.
