La teoría de misiles tras la política de hijo único de China
Historias de la economía - Un pódcast de elEconomista - Lunes
👨👩👦La política de hijo único, que imperó en China durante casi cuatro décadas, ha acabado siendo una sentencia de muerte demográfica para el gigante oriental. Para contener el crecimiento de la población, el país sucumbió a las matemáticas de un científico experto en misiles, que proyectó su conocimiento de la trayectoria de esos artefactos a la evolución de los habitantes, y concluyó que la solución pasaba por limitar el número de nacimientos a uno por mujer. Lo que no tuvo en cuenta la ciencia, ni quienes estuvieron de acuerdo en aplicarla, fueron algunos factores que quizá no influyan en la ruta de los cohetes, pero sí en el avance del censo, como el comportamiento humano o la economía.📈El siglo XX destacó por un crecimiento demográfico histórico que multiplicó la población por cuatro. Ante los riesgos de una expansión descontrolada, China, donde todo ocurre a lo grande, no tuvo más remedio que buscar la forma de revertir una tendencia que dirigía al país a la miseria y la pobreza, ante la falta de recursos para cubrir las necesidades de un gigante. Mao Tse-Tung estaba al frente y tuvo que liderar el cambio para pasar de tratar el control de la población como un tema tabú hasta 1950, a poner la cuestión en primera línea de batalla, aunque el proceso de conversión requirió tiempo y varias luchas.🇨🇳No es que Mao, estadista de profesión, ignorara la necesidad del control demográfico, pero las tres grandes medidas que aplicó se encontraron con un arraigo por los valores y las creencias familiares clásicas difíciles de desmontar. En 1954 entró en vigor la primera campaña de planificación de la natalidad. Uno de los mayores experimentos sociales hasta la fecha fue el 'programa de nacimiento planificado', que animaba a las parejas a planear con antelación el número de hijos y a evitar los embarazos no deseados. 🤵👰Entre otras cuestiones, recomendaba retrasar la edad de matrimonio y espaciar el tiempo entre un nacimiento y el siguiente, pero la mentalidad clásica de 'cuantos más hijos, mejor' prevaleció y la medida no tuvo la repercusión deseada. Pero dos hechos históricos y sangrientos ocurridos a finales de la década de los 50 dieron la puntilla a esta medida: en 1957 se desató la Campaña de las Cien Flores, una revolución contra los intelectuales que puso en el objetivo la política de planificación familiar y derivó, incluso, en la purga de algunos eruditos partidarios del control demográfico. Y un año más tarde, la administración maoísta tuvo gestionar la primera gran protesta en su contra ante la desaprobación generalizada de su plan económico, denominado el 'Gran Salto Adelante'.🤱Lo que sucedió fue un giro de guion inesperado. China estrenó la década de los 60 registrando la primera caída de la población de su historia, sin embargo, no se debió a ninguna medida específica para frenar el crecimiento poblacional. La explicación estaría en los millones de muertes, entre 20 y 40 millones, causadas por la campaña de industrialización forzosa impulsada por Mao, con la pretensión de convertir el país en una de las principales potencias industriales, y que desató la Gran Hambruna que asoló el país. La tragedia provocó una caída brusca en el número de nacimientos entre 1960 y 1961 que no se repetiría, en menor medida y por otros motivos, hasta 2022.