DIA 193 - Tenemos la Mente de Cristo

Hoy estaremos leyendo 2 Crónicas 31-32, 1 Corintios 2 y el Salmo 106:15-21. En 2 Crónicas 31, Ezequías continúa con las reformas espirituales, organizando los turnos sacerdotales y asegurando que tanto el templo como los ministros tengan lo necesario. El pueblo responde con generosidad, trayendo diezmos y ofrendas en abundancia. Ezequías es descrito como un hombre que hizo lo bueno, recto y verdadero delante de Dios, y fue prosperado. En 2 Crónicas 32, cuando Senaquerib, rey de Asiria, invade Judá, Ezequías no se desespera. Organiza al pueblo, fortalece la muralla, y lo más importante: ora al Señor. Dios responde de manera sobrenatural, enviando un ángel que destruye al ejército enemigo.

Reflexiona: ¿Cómo respondes cuando te enfrentas a presión o amenaza? ¿Estás fortaleciendo tu vida espiritual tanto en tiempos de paz como en tiempos de prueba?

En 1 Corintios 2, Pablo explica que su mensaje no se basó en palabras elocuentes ni en sabiduría humana, sino en el poder del Espíritu. “No fue con palabras ingeniosas para no restarle poder a la cruz de Cristo” (v. 1). Pablo habla de una sabiduría oculta que Dios revela por el Espíritu, que el mundo no puede comprender. Solo los que han recibido el Espíritu de Dios pueden discernir las cosas espirituales.

Reflexiona: ¿Estás dependiendo más de argumentos humanos o del poder del Espíritu en tu vida? ¿Buscas entender las cosas de Dios con una mente carnal o con un corazón lleno de su Espíritu?

En el Salmo 106:15–21, el salmista recuerda cómo el pueblo de Israel pidió cosas a Dios con insistencia, y aunque Dios les concedió lo que pedían, también les envió un padecimiento en el alma. Habían olvidado al Dios que los salvó, el que hizo maravillas en Egipto. Esta es una advertencia clara: lo que pedimos insistentemente sin sabiduría puede terminar alejándonos de lo que verdaderamente importa: la presencia de Dios.