DIA 217 - Job y Zofar

La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - Un pódcast de Julian Gamba

Hoy estaremos leyendo Job 11 y 12, 2 de Corintios 3 y el Salmo 118:11-20. En Job 11, entra en escena Zofar, otro de los amigos de Job, y su enfoque es duro. Le dice que su castigo debería ser aún mayor, y que debe arrepentirse si quiere restauración. Zofar representa la mentalidad religiosa que cree que todo dolor es consecuencia directa del pecado. Le dice: “¿Puedes tú resolver los secretos de Dios?” (v. 7). Y aunque su actitud es poco compasiva, hay una verdad profunda en su declaración: Dios es insondable. Pero Zofar se equivoca al juzgar a Job, sin conocer lo que Dios piensa realmente de él.En Job 12, Job responde con ironía: “Ustedes, sin duda, son el pueblo, y con ustedes morirá la sabiduría” (v. 2). Se defiende y afirma que el sufrimiento no siempre es proporcional al pecado. Job reconoce que Dios tiene el control absoluto: “Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y el entendimiento” (v. 13). A pesar del dolor, Job sigue creyendo que Dios es soberano, aunque no entienda sus caminos.Reflexiona: ¿Te has sentido juzgado injustamente por otros en medio de tu dolor? ¿Puedes, como Job, seguir confiando en la soberanía de Dios incluso cuando no comprendes lo que está pasando?En 2 Corintios 3, Pablo habla del contraste entre el antiguo pacto, escrito en piedra, y el nuevo pacto, escrito en el corazón por el Espíritu. Declara que el antiguo trae condenación, pero el nuevo pacto trae vida.Dice: “La letra mata, pero el Espíritu da vida” (v. 6). Y más adelante: “Nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria” (v. 18).En Cristo, ya no vivimos bajo condenación, sino bajo transformación.Reflexiona: ¿Estás viviendo desde la culpa o desde la gracia? ¿Estás permitiendo que el Espíritu te transforme cada día más a la imagen de Cristo?En el Salmo 118:11-20, el salmista describe una lucha intensa: “Mis enemigos me atacaron como abejas, pero fueron consumidos tan rápido como se enciende un espino” (v. 12). Y luego declara con fuerza: “El Señor es mi fuerza y mi canción; él me ha dado la victoria” (v. 14).Más adelante proclama: “Estas puertas conducen a la presencia del Señor, y los justos pueden entrar por ellas” (v. 20).Este salmo nos recuerda que la victoria viene del Señor, y que podemos entrar a su presencia con gozo porque somos justificados por Él.

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